Dejando como de costumbre el coche en San Vicente, la salida es tranquila por carril bici, carreterillas y caminos en dirección estación de Agost. Luego, como si de una locomotora lenta pero segura, iré subiendo y tomando casi imperceptibles pero notables curvas en dirección los túneles.
Como quiera que estoy mayor, paso de llevar la linterna y con la luz del móvil es suficiente, no tanto para otros usuarios que pasan el túnel sin ninguna luz y algún día de estos se juntarán las hambres con las ganas de comer… al menos una luz del chino, pijo.
Llegados a Xirau el almuerzo y descanso pues los primeros 35 kilómetros parecen sacados de VERANO AZUL y es que ahora comienza el AVERNO ALICANTINO. Un lugar repleto de piedras, pasos complicados y ramblas, empujing para salir de las ramblas, acequias, más sendas y el Sabinar, las Peñas Rojas, el remonte y un par de sendas chungas donde con técnica y poca cabeza se pasa, vaya que si se pasa. Ahora si que vale la pena llevar mi doble y lo que era un pequeño lastre se convierte en el juguete senderil.
Final de traca por la rambla camino de San Vicente y llegados al asfalto, a rodar para terminar, que a las once de la mañana a 32 grados con humedad, más o menos equivale a los 40 grados manchegos de calor y sequedad.
Llevar agua y tener en cuenta que se puede reponer en Xirau.
Una ruta con dos partes diferenciadas que salvo tramos puntuales es para casi todos los publicos.
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