Los que ya me conocen, saben que todo aquel que quiere y puede, lo emplazo a que descubra un lugar tan oculto como desconocido que es Chinchilla y toda su riqueza de sendas. Poder disfrutar de las nuevas sensaciones de quien pedalea con ilusión y pasar una gran mañana es el objetivo.
En este caso se pudo conseguir realizar una señora ruta en la que comenzamos el amigo Fran, Raul y yo, siendo yo el que llevaba eléctrica. Si Fran está fuerte, no te digo nada de Raul que no se queda a la zaga. En mi caso... menos mal que llevaba la eléctrica.
Una ruta intensa en la que pedalearímos con Emilio que tenía el tiempo tasado, con el amigo Javier al que saludo donde allá donde te encuentres, al amigo Alejo paseando a su pastór alemán y a otros tantos con los que el buen ambiente y las risas serían la tónica de una gran mañana de bicicleta.
Si algún día pedaleas por lugares habituales, por sendas ya conocidas como otras tantas veces y lo haces con los amigos de siempre y algún otro que acabas de conocer y todo lo que ocurre de principio a final son un cumulo de buenas y gratas experiencias, sabes que a bien seguro se trata DE UN GRAN DÍA DE BICICLETA.
Ahora a esperar la siguiente por Caudete y Yecla.
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