Recorrer las carreterillas y los caminos, la llegada de los arroyos que alimentan las lagunas, la soledad de los campos y algún tramo de comarcal, te lleva a sumirte en un sentimiento buscado de tranquilidad.
Hacerlo entre semana es mucho mejor, notablemente mejor y si es a primera hora, nada mas comenzar el día no te digo, verás como ahora con el frío comienza a formarse la neblina sobre el agua y con la brisa, será arrastrada de una laguna a otra.
Y de vez en cuando, una senda arriba, una senda abajo, un tramo complicadillo y vuelta a pedalear, un final entretenido y vistas al Hondón.
Gran mañana de bicicleta de tranquilidad que mañana espera otra ruta y es de esas que tela, tela marinera.
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