Tras la nevada de la década y con los caminos repletos de nieve helada, la gravel es la bicicleta ideal para recorrer carreteras asfaltadas. El trabajo de todos los que se dedican al mantenimiento y despejado de nieve ha sido excepcional y por ello las gracias anticipadas.
Esta salida de Albacete es a una zona que me encanta y es el río Júcar pues aunque la ciudad no se sitúe junto a uno de los reseñables ríos de la Península, está cercano y solo poder verlo y recorrerlo es un objetivo que hace ameno el recorrido.
La Manchuela repleja de nieve como si de la estepa siberiana se tratase hace que la vista se pueda recrear al tiempo que se pedalea con alegría y cuidado de no pisar la nieve acumulada en los laterales de las carreteras.
A pesar de haber salido a dos grados y haber encontrando en algún tramo casi tres grados bajo cero, la poca insistencia del aire hace que sea cómodo el trazado y el tiempo fácil de llevar. Eso sí, con una buena protección térmica en la cabeza, un par de guantes, una térmica Joma que he estrenado y que está fenomenal y mis Northwave en los pies que son canela fina.
Ahora a esperar otra más, y otra y otra, y otra más de manera que vayamos sumando más kilómetros para que llegue el buen tiempo y podamos hacer esas rutas de muchos kilómetros que tanto nos gustan.
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