El trayecto propuesto comienza con un poco de asfalto y lo recomiendo siempre en el sentido indicado pues al final se disfruta mucho, haciendo lo menos vistoso al inicio y en el caso de la bicicleta, los tramos con piedra suelta.
A mitad de camino tenemos un bello paraje con la fuente de Bolinches y el agua que por el lugar corre.
En mi caso, que sería a finales de agosto, teníamos las primeras moras, higos, uva y algún manzano ácido que poder contemplar y degustar con moderación pues no está la cosa para tomar lo que no es nuestro aunque de higos y moras podemos lo que queramos.
Lo dicho, una ruta pequeña y que podemos hacer intensa si con niños vamos para poder explicarles lo grande que es el río y lo que en su ribera podemos encontrar.
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