Con todo se consigue hacer un denso recorrido de 42 kilómetros que si a priori parecen pocos, cuando terminemos subiendo por la cuesta hormigonada a Peguerinos, lo haremos satisfechos de haber pasado una gran jornada de bicicleta.
Eso sí, se puede ir más rápido o despacio, pero lo que se debe hacer es disfrutar de las sendas, de las vistas y de todo lo que nos rodea pues este trazado es una combinación de bicicleta, paisajes y naturaleza.
Se aconseja llevar agua pues tras el verano ya no queda mucho por donde reponer líquido elemento y por ello mejor ir bien pertrechado.
El tiempo total son cinco horas en las que se incluyen una parada a merendar en ruta, fotografías variadas y un par de paradas obligadas para reparar la bicicleta; la primera para arreglar el sillín que daba problemas y la segunda debido a que en el GR-10 tanto me empeciné que terminaría rajando la rueda trasera de la bicicleta. Parche interno, cámara con líquido y a seguir con precaución pues se pedalea sin comodín.
Agradecer nuevamente al usuario su aportación para una tarde inolvidable de bicicleta.
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