Y es que el trazado denota el amplio conocimiento de las sendas y lugares por donde se va enlazando, de manera que el GPS no podrás dejar de mirar al tiempo que los senderos para no equivocarte. Mis pequeños errores en este caso no los he editado para que sirvan a la hora de elegir el sendero a seguir.
La ruta es un auténtico tratado de BTT y naturaleza con paisajes de impresión. Ahora y con el final del verano, los cursos de agua están secos y las fuentes escasean, pudiendo encontrar a mitad de ruta una con la que poder llegar sin problemas a nuestro destino.
La subida a Cueva Valiente es de órdago y en mi caso tuve que descabalgar puntualmente en un tramo de piedras gordas, el resto, gracias a mi bicicleta y fuerzas más un poco de suerte, se pudo hacer hasta el final. Eso sí, la bajada de vértigo, cuidado con caballos y vacas. Las vistas son de agradecer pudiendo disfrutar de la meseta castellana, la sierra abulense, Madrid y sus ciudad y un gran número de cosas con las que poder relajarse.
Pasa por multitud de lugares como un camping, refugios y embalses, lo que le hace estar entretenida.
Lo dicho, un rutón al que se agradece la aportación al usuario Cueva Valiente.
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