Pero la vida sigue como el curso del río y nosotros aprovechamos lo que tenemos y que siempre será lo mejor por muchas vueltas que demos, que como en casa, en ningún otro lugar.
Diez sendas nos esperan, cuesta arriba, cuesta abajo, de llaneo, con roca y tierra suelta, limpias y otras complicadas. Caminos de transición cargados de historia y grandes paisajes que nos harán pasar una impresionante mañana de bicicleta.
Grandes amigos y el núcleo duro de los 50km que con un total de seis componentes; Ronal, Fran, Nacho, Caballero, Alberto y el que suscribe, pasarán una inolvidable mañana de bicicleta. Risas, chascarillos y un ambiente con un buen caldo de cultivo de tantos años de bicicleta y experiencias.
Un almuerzo como Dios manda en las Eras, en el cruce donde esta mañana nos esperaban brasas con su jamón, forro, panceta, huevo y patatas, tomates partios, vinos, cervezas, acuarius... y buenos carajilos para rematar una comida digna de los mejores, que para eso somos los 50km. Anfitrión un niño llamado Andrés del que su padre homenajea junto al resto de compañeros y a el se dedica la ruta, un vídeo y lo que sea menester.
Terminamos sin problemas a buena hora y volvemos a casa esperando la siguiente ruta sabedores que somos los 50km, los mejores.
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