DE LA PLAYA A LO ALTO DEL CABEÇO, TODO UN PLACER LLENO DE SUFRIMIENTO
Salir de la orilla del mar una mañana con el amanecer y llegar a lo alto de una montaña de 1200 metros con vistas inmejorables y ganas de descansar mientras se nos llenan las retinas de imágenes imborrables es algo único.
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