Es una montaña y tiene tantas sendas que más parece un rincón serrano pero es tan solo una montaña plagada de sendas.
Sin miedo y con fuerza y técnica, esas tardes que parece que te vas a comer el mundo y te lo comes, aunque solo sea un cachito.
A buen ritmo y sin problemas, de esos días en los que casi todo es posible.
Un par de horas que saben a poco y con ganas de volver y por más, que así son los placeres.
Mañana más y si no, al otro
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