Al ser una provincia de tamaño medio tiene tramos de llano y de montaña, el mar está lejos, muy lejos.
Las carreteras y caminos en ocasiones son largas, casi interminables, y ese viento que corre, casi vuela es un compañero de viaje tan agradecido como desagradecido. Lo suyo es llevarlo de frente en la ida y a la espalda en la vuelta, anda que no se nota.....
Las tardes de primavera no son calurosas, pues la primavera no es para sudar, que llegará el verano y nos cansaremos de calor y bochorno.
Mientras tanto seguimos pedaleando, haciendo rutejas de entresemana con las que matar gusanillos y así poder afrontar el día a día con mejor cara y color.
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