Por lo que está visto, y en mi caso, cuando uno se hace mayor, busca más calidad y menos cantidad, por este motivo, esta ruta es un ejemplo de ello. Porque lo que se quiere es subir a lo alto del Cabeço y además con la cámara de fotos réflex en la mochila preparada para darle juego al zoom y al objetivo.
Mientras tanto, subir y bajar será una excusa, aunque si bien subiendo tampoco haremos nada desdeñable como esa Colombiana que siempre está dispuesta a que nos bajemos de la bicicleta, incluso esa senda final que hoy, gracias a la Turbo Levo ha sido un paseo militar, incluso sobraba un poco de potencia.
Eso sí, a la vuelta y hasta Busot, un festival de sendas y bajadas que te harán disfrutar de lo lindo. De allá al final y por el calor, mejor devorar los kilómetros finales en forma de asfalto.
Lo dicho, subir arriba y sentirte tan bien en la fresca mañana viendo el mar y las montañas de alrededor antes de que el calor lo inunde todo no tiene precio.
La bicicleta puede que sea una excusa.
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