Por días así nos gusta la bicicleta y por eso participamos sin dorsales y sin mirar el reloj, pidiendo por favor el paso en las sendas y ayudando al que le haga falta que le echemos una mano.
Alegato pues a favor de la tranquilidad en un fin de semana de buen tiempo donde poder quedar con gente y volver a ver a los del año pasado y a otros que hacía tiempo no veíamos. Todos con la misma ilusión, la de pedalear un rato y hablar junto a la sartén llena de carne con buena cerveza.
Y es que, ha pasado un año y hay cosas que han cambiado y otras que no han cambiado.
No ha cambiado el monte de Balazote que sigue teniendo sus tomillos, romeros, encinas y pinos, con repechos, bajadas y alguna que otra senda.
Han cambiado algunos 50km que como Eugenio y Alfonso, están mucho mejor y te los puedes llevar donde haga falta pues estarán a la altura.
No ha cambiado Fran, que sigue tirando hasta donde puede y a este paso se va a salir del mapa, pues ya ni le vemos de lejos.
Han cambiado los Grifa, que han llegado con sus nuevas y flamantes bicis mientras nos cambiabamos, a la espera del año que viene que llegarán con nosotros o por delante de nosotros.
No han cambiado los dueños de algunas fincas que se piensan que el monte es suyo y que pueden hacer lo que quieran, sin saber que hasta el derecho a la propiedad tiene sus límitaciones, pero bueno, "explicar Teoría del Derecho a las 11,00 horas a quien no entiende... pues que no".
En fin, OTRO GRAN DÍA DE BICICLETA en el que mucho tenemos que agradecer a los señores de Balazote que tan buena gente son.
Otro año más con los amigos de Balazote redescubriendo sus montes. En esta ocasión, nos han llevado por nuevos lugares y nuevas sendas en los que poder disfrutar con buena compañía.
El recorrido es del tipo "rompepiernas" y de ello hemos dado cuenta al dar alcance a un expedicionario al que sus motores con patas le han pasado recibo de esfuerzos sobrelímites.
El trazado nos lleva en un habitual inicio a los montecillos que a la espalda de Balazote se encuentran para poco a poco ir introduciéndonos en los montes, repechos y bajadas camino de Tiriez.
Buscando la mitad del recorrido encontramos la primera senda llegando a la carretera donde han trazado un serpentear entretenido y ameno con el que poder quitarnos el gusanillo.
Tras la senda, subida empinada con repechón final en lo alto de la zona de la carretera que lleva a San Pedro y comenzamos a pistear por los llanos en búsqueda de la segunda senda trazada y elaborada a mano donde conseguiremos buscar más entretenimiento.
Tras la senda, llegamos a la vía verde y soltamos piernas buscando la tercera senda que en mi caso, y ante la espera de viandas en formas de corás, carne frita y otras delicias junto a cervezas y refrescos, les he dado largas para tranquilamente llegar al pueblo y terminar un recorrido bastante entretenido... Que no todos los días son iguales...