Y eso que todo el rato vemos y observamos a lo lejos Chinchilla, tan cargada de historia y sendas, pero es así como disfrutaremos de la ruta, con buenos paisajes entre montes y rodeados de campos que poco veremos salvo algún tramo, parece mentira.
Subidas, bajadas, unas cuantas sendas y todo, totalmente asequible y ciclable, un lujo para poder soltar piernas que la SERRANA VIII todavía ha dejado mella en mis piernas.
Si bien se recomienda dejar el coche en la gasolinera puesto que el restaurante no suele abrir temprano por lo que veo, la cerveza o refresco final está asegurada con sus patatas fritas y similares.
Espero que disfruteis pues será un gran día de bicicleta.
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