Y de esta manera, cuando llegas a Alcalá del Júcar, podrás ver en fin de semana un pueblo turístico y entre semana, un tranquilo lugar donde poder recorrer sus callejuelas y cuevas, un castillo, un río y un puente.
Y cuando pienses que hayas terminado con Alcalá, marchas por sendas a las Eras, Casas del Cerro, la Gila y Tolosa, el Tranco del Lobo y con ello te queda un trazado de poco más de cuarenta kilómetros de auténtica bicicleta de montaña. Ello incluye un tramo de pisteo que agradecerás puesto que tan poco kilometraje tiene sus tramos técnicos y dificultosos donde la velocidad media pierde sentido, no tanto el equilibrio y la integridad del ciclista.
Agua tendremos bajo los depósitos de cada aldea de las ya comentadas y por estas fechas, algunos higos tardíos con los que poder coger fuerzas extra de esas que no te dan las barritas energéticas ni los geles. Nada mejor que lo natural.
Y terminada la ruta, metes la bicicleta en tu coche y con tranquilidad en poco más de media hora te plantas en Albacete para seguir tu vida cotidiana, sabedor que has hecho un poco de deporte, de bicicleta, de naturaleza y de excursionista.
Mañana... mañana más.
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