Y si digo tremendo es porque lo ha sido y mira que para lo de adjetivos no suelo ser asiduo y menos para exagerar. Un día de bicicleta de montaña de los auténticos, de los que hacen historia, de los que sirven para saber quien eres, lo que eres y hasta donde puedes llegar. Además, hemos disfrutado como enanos pues donde otros encuentran obstáculos, nosotros hemos pasado buenos momentos y risas, haciendo chanzas con los presentes y ausentes, que de eso se trata, de pasar un buen rato.
Y es que, en ocasiones hacemos kilómetros con el coche teniendo a nuestra vera lugares que nos ofrecen de todo. El día de hoy ha sido uno de esos, pues en el pueblo y desde el pueblo del Emperador Fran Cisco, hemos partido tras un buen rato junto al fuego y hemos comprendido que esa afición por la lumbre es casi genético. Observar a su padre echando troncos es imaginar al "llanero solitario" dentro de unos años, sin hacer mucho ruído, a su aire, "tú dejalo" dice aquel.
Y claro, míralo como va de tranquilo, llaneando en ligera subida pasando una aldea tras otra, que si el Royo, el Molinar y la Molata para buscar los pinos. Haciendo kilómetros por una vieja sierra que a bien seguro en otro tiempo fue un campo de aldeas lleno de vida. En fin, todo pasa...
Y menos mal que el sol asomaba, pues todo el frío de Albacete se queda en las Peñas y eso se celebra con una fotografía en la que por fin he podido meter el reflejo dentro del Astro Rey y el resultado ha sido cuanto ni menos curioso y de ello doy cumplida cuenta del retrato para goce y deleite de visionado y visionarios.
Y claro, llegados al Reino Prohibido del Caserio de la Jara, el barro nos espera con sus piedras y greda pegajosos cual mujer deseosa de... mejor me dejo de tonterías... Vamos, que esta zona, o te andas con ojo o pelechas, menos mal que hemos pasado con el duro endurecido por el frío, tibio tiene que estar despues de calentar el sol. Al terminar y llegando a la Navazuela, el amigo Sergio ha reventado la cadena de tractor que le colocó el Pirata Campo Llano tras esquilmar el bolsillo de su progenitor.... Maldito sea quien retrasó con sus malas artes nuestro periplo. Nada que no se pueda arreglar.
Y llegamos a la Dehesa de Ayna para buscar la senda de los Toros y bajar por escalones empedrados haciendo parada y fonda de lejos pues barro guardan nuestros zapatos. Visita al Hostal Miralmundo para observar que posiblemente tenga impresionantes vistas de un rincón delicioso de nuestra sierra. Allí descubrimos hasta donde llegan las amistades y conocimientos del amigo y reyezuelo peñero. Saludos a regentes y padres de tan bello lugar que a bien seguro, con buena fortuna y bolsón repleto visitaremos.
Que decir de la zona de la que podreís ver el el vídeo que a bien seguro a partir del minuto siete y con Gilbert Becaud de fondo, os mostrará lo que por aquí se disfruta la bicicleta de montaña. Si es que nos falta tiempo y nos sobra ilusión.
Aquí esta una estampa que siempre me ha llamado la atención y a mano derecha de las antiguas salinas abandonadas y en lo alto, vestigios de una vieja construcción que a bien seguro sería privilegiada por las vistas y como hecha por necesidad, su fin tendría muy lejos de mis lúdicos propósitos. ¡Qué bonito es el campo cuando vamos de visita¡
Pero todo llega y más cuando avisados estabamos, subida larga en tres tramos de los que, el tercero y último con un repertorio de pendientes interminables, bicitreking y sendas empedradas haría "pelechar" a algún componente que pensaba que hacer con su vida de aquí en adelante. Todos tenemos unos cuantos días en los que poder ver con claridad nuestro futuro y hoy ha sido un gran día para el amigo Sergio. Aquí lo tenemos disfrutando de la naturaleza y su maleza, ¡Sólo le falta el machete¡
Y en lo más alto, como recompensa, un cuco de esos que nuestros amigos de Cieza entienden y saben distinguiendo de pozos de nieve y similares, pues lo que más grande hace las rutas es el conocimiento de lo integrantes del grupo que a los lugares ponen su nombre, a las cosas les llaman como la Espasa manda y además con alguna risa que otra, que el tiempo pasa y con él, nuestro disfrute... Lo malo llegará sin avisar.
Grandes cúpulas hace el hombre y en nombre de Dios las eleva para asemejar un cielo lleno de bondad y grandeza. El pastor o quien del mal tiempo busque protección y abrigo tiene una construcción anónima para el que os escribe pero bien gustaría de conocer a tan gran arquitecto y peón que con sus manos construyo esta pequeña maravilla.
Mientras esperamos que Sergio terminase parte de su Vía Crucis, el paisaje, sol y canto de los pajarillos nos hace recordar nuestro tiempo feliz y lo bueno que tiene la vida cuando podemos disfrutarla. Un saludo a todos los que por cualquier cosa espereis mejores tiempos.
Y como no, mi gran amigo Aurelio escopeta en mano junto a una cuadrilla de otros cazadores que con nostros se cruzaba. Aquí, los 50km todavía estamos por encontrar problemas; nos llevamos bien con cazadores, agricultores, guardas de campo y otras especies de fin de semana y es que, como dice mi padre ¡Con educación y respeto se llega a cualquier parte y se abren todas las puertas¡
Para terminar, una gran foto de grupo hecha por el que nunca sale y como no, la pongas como la pongas, al terminar una ruta no estamos para fotos y menos para enseñarlas a la gente. A pesar de todo, sirven para recordarnos un gran día de bicicleta y hacernos pensar que todo lo que comienza, también termina y más aún cuando lo pasas bien.
Grandes los tres, el "pequeñajo" por tener un par... pues se ha metido entre pecho y espalda un rutón de los muchos que por hacer le queda, el que está enmedio por su capacidad de esfuerzo que le hace compañero de cualquier ruta pues nada le amedranta y el de la derecha, el de rojo, el que se le riza el pelo de la cabeza cuando suda, ese que nunca llevo a mi rueda, el Fran de la Peñas, el que va a terminar con los pocos amigos que me quedan, de ese, mejor lo dejamos para otro día.
La ruta es un compendio de BTT.
Cuando digo esto lo digo porque el resultado ha sido un poco de todo y además, un poco de todo lo que me gusta.
Un poco de asfalto al salir, entre medias y al terminar, menos mal que al terminar para ayudar las cansadas piernas.
Caminos, limpios y cuesta arriba y cuesta abajo, pistas anchas por mitad de una desconocida sierra que la tenemos a un paso, sin necesidad de hacer kilómetros.
Sendas, alguna en los inicios y la de la Fuente de la Parra camino de la bajada de los Toros y para remate la casi imposible al pasar el Villarejo.
Sendas empedradas por el hombre como la bajada hasta Ayna tras pasar el Mirador.
Bicitreking como el tramo de enlace con la Herrería en el que debemos marchar con bicicleta en mano durante unos cientos de metros.
Campos para cruzar y sufrir en duro pedaleo para buscar nuevamente los caminos.
Aldeas como la de El Royo, el Molinar, la Molata, la Dehesa de Ayna, el Villarejo, la Herrería, el Fontanar, Casasola y paisajes que en ocasiones resultan impresionantes como la parte de Ayna en dirección las Salinas.
Recordar que es necesario guardar las fuerzas para la segunda parte, puesto para el que le guste la bicicleta de montaña, no tenga reparos y fuerzas, será una dura prueba en la que poder pedalear duro y disfrutar. Abstenerse amantes de la vía verde y terrenos y rutas sin dificultades.
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