La bajada por la rambla al río Mundo, la senda de la Casa del Alto, el callejeo por Ayna y la bajada al Villarejo entre otras perlas nos han hecho pasar una gran mañana de bicicleta en la que no hemos tenido nada de frío.
El grupo compuesto por siete magníficos ha estado a la altura salvo despistes de novatos en la justiciera cuesta de las Salinas que hace destrozos a los que en ella pierden la cabeza y las fuerzas. Pero bueno, nunca se deja de aprender.
Y para terminar, nada mejor que una fría cerveza junto a la lumbre en Peñas de San Pedro, las patatejas, almendras y un par de suelas de jamón... ¿Quíen da más?
Sin dudarlo, la vida nos sonrie.
Esta ruta es el resultado de otras tantas y por ello el fruto de la
experiencia que es de agradecer.Se planteaba para luchar contra las
gélidas temperaturas y ver nuevos lugares que curiosamente desconocíamos
y el resultado ha sido totalmente satisfacorio.
Partiremos desde la aledea del Villarejo en constante bajada con algún
repecho en dirección a la rambla que nos conduce hasta el río Mundo.
Esta rambla tiene un par de tramos en bajada en los que podemos
despistarnos y cuidado con alguna curva cerrada. Una vez comienza,
recomiendo ir dando pedales para sortear los bancos de piedra y poder
avanzar a buen ritmo disfrutando de un impresionante paisaje en dos
tramos encajonados entre las paredes que son dignos de admirar.
Llegados al río Mundo vamos sendeando para pasar por las aldeas de
Alcadima e Hijar con tramos técnicos de senda y un lugar puntual de
bicitreking y escalada.
Vamos saliendo del río y por pista cementada a tramos subimos y pasamos
por las antiguas salinas abandonadas y cuestarron al canto hasta la
carretera de Lietor. Cuidado y hacerla con tranquilidad pues nos puede
pasar factura.
En lo más alto buscamos nuevos caminos en dirección la Sarguilla que en
su parte final estarán abandonados pero no por ello dejarán de ser
ciclables.
Ahora buscamos la Casa del Alto y desde allí la gran senda, difícil por
la técnica y piedra que se irá haciendo más asequible a medida que
termina totalmente empedrada llegando al pueblo de Ayna.
En el pueblo subiremos y bajaremos un par de veces por calles estrechas y
empinadisimas que nos harán removernos hasta la saciedad en nuestros
sillines.
Ahora tomamos la carretera y subimos con tranquilidad hasta el camino de
los Toros llegando a la Dehesa de Ayna.
Subimos a la ganadería del Rubial y en continua ascensión por pistas en
buen estado hasta la aldea de la Noguera desde donde poder ver a lo
lejos grandes paisajes de nuestras sierras.
Pasamos un poco por asfalto y terminamos tomando caminos en bajada,
rápida, hasta nuestro punto de llegada en el Villarejo.
Recomendable pero con cuidado a los que no sean muy diestros a la hora
de bajar la senda en dirección Ayna, que para unos será una maravilla
mientras para otros, una maldición, cuestión de gustos...
3 comentarios:
Sois unos monstruos, enhorabuena¡¡¡
Muy buena mañana de bicicleta con mis grandes amigos.
¡ Joer ! Que envidia, sobre todo por lo de la lumbre y las suelas de jamon.
PD: Aunque si hubieran sido de tocino tampoco hubiera estao mal
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