De todos es conocido que aquí, cuando tenemos ruta, no se duerme pues somos los que pintan los amaneceres por estas tierras y sus alrededores. Un doctorado de luna y otro de oscuridad tenemos. Aún a pesar de eso, siempre nos falta tiempo para terminar nuestros recorridos y eso que tenemos día por delante.
Eso sí, llegados a la casa se tiene que descansar o eso es lo que podemos creer... es el momento de ir al Corté Inglés de compras o a tirar del carro por el Alcampo y claro, en esas lides es cuando un 50km se derrumba literalmente y volvemos a la realidad, a ser humanos.
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