Dios mío, hasta donde habrá llegado la crisis económica que algunos pueblos de la provincia de Albacete, en vez de reponer las piezas, colocan guardias tumbados de carne y hueso para que los vehículos circulen a velocidad adecuada. Eso sí, con el primero que pase, el guardia se va al pijo y como no salen muy caros, pues ponen a otro y listo.
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