En ocasiones, hacemos fotografías con la esperanza de obtener una buena imagen para el recuerdo. En esta ocasión me cuelgo una pequeña medalla pues la cosa ha consistido en parar a merendar en uno de tantos arroyos que por tierras abulenses discurren.
La primera fotografía es el reflejo de los arboles y arbustos en el agua y tras darle la vuelta la presento como si el reflejo fuese la realidad. Si te fijas puedes observar el detalle del agua, de las ondas y de ciertos matices como las piedras del rio abajo a la derecha, pero que curioso.... ¿O no?
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