Ruta tranquila, de esas de las que te pones a rodar con tu plato mediano junto al gran Ronal y a cuatro bajo cero con el aire en contra hasta llegar al río. Luego, la cosa se va animando, con café con leche en vaso grande y todo, como dos señores a los que se les abren todas las puertas.
Y claro, luego pasa lo que pasa, que a cero grados ya no hace ni frío ni calor y el aire que acompaña, pues que te animas y con el plato más grande que tienes y el piñon más pequeño que encuentras, llegas a Albacete como un autobús de línea con viento de cola.
Publico fotos de las bicicletas pues han estado a la altura de las circunstancias.
5 comentarios:
Joder y yo siempre pasando envidia, iros a freir puñetas.
Paco, tú guárdate que tengo ración de Padrastro para dentro de dos domingos. ¿Te acuerdas de la primera vez que subiste al Padrastro?
no se cómo aguantais el frío en bici..yo trabajo en el campo en plena sierra y tela...cuando ni más en bici
no se cómo aguantais el frío en bici..yo trabajo en el campo en plena sierra y tela...cuando ni más en bici
Con ilusión y bien abrigado, se puede pasar frío, aunque "palos a gusto...". Un saludo.
Publicar un comentario