Con esta película uno descubre que no hay buenos ni malos, que las cosas son como son y todo es relativo. El deseo del replicante de encontrar respuestas y si es posible, remedio a su problema, le hace buscar, encontrar y dialogar con su creador, no encontrando ni respuestas ni soluciones buscadas.
Casi todas las religiones, doctrinas políticas y similares, buscan ensalzar a su líder, enviado o divinidad de tal manera que el alejamiento produzca en los seguidores efectos deseados por los manipuladores de las doctrinas. Nunca será posible que el "ultimo mono" hable con la cabeza pensante y menos será posible que descubra que nada es lo que parecía. Avanzar, descubrir y conocer permite que el ser humano sea cada vez más grande y el mundo más pequeño, que se rompan tabues, dogmas y cadenas que atan al hombre, de manera que nada sea tan grande como nos parecía y por fin seamos libres. Un saludo.
2 comentarios:
Ridley Scott manejó habilitante la novela de Philip K. Dick, y la "subliminó" por encima de la misma. La mejor adaptación de la obra de Dick, hecha para el cine.
Peliculón y novelón. (Te lo dice un lector loco por la obra de Dick)
Chau, amigo Alex ¡¡¡
¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?... el tema resulta interesante y también desde el punto de vista de Asimov al cual pude leer durante dos años de metro en Barcelona con sus cuentos y similares sobre robots, las tres leyes y la inteligencia artificial.
Un saludo Javier.
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