UN DOMINGO CUALQUIERA...

Lo malo de las rutas en domingo un mes de verano es que el sueño previo escasea y el madrugón es suplicio hasta que ves llegar al resto de compañeros. Cuando todos estamos juntos la cosa se va animando y hasta que no superamos los diez minutos de charla o en su defecto la decena de kilómetros, no entramos en calor.
En este caso, intentamos abordar toda la sierra de Chinchilla con una propuesta de 70 kilómetros y lo hicimos, con la salvedad de un territorio inmensamente vallado sin que la legalidad imperante permita colgar el track de la ruta. Un trazado que discurre entre cerros y vallejos, pinos y liebres a las que sorprendemos en una tranquilidad inquietante. Seguro estoy que a estas horas seremos los únicos seres humanos y no humanos que en algunos lugares hayan estado en este y otros días previos.
Un saludo a Fran, compañero de rutas casi imposibles, amigo de los músculos cansados y doloridos y jardinero de montes por vocación, trazador de nuevas rutas y aventuras.
Recuerdos a Eladio que nos tuvo que dejar en lo mejor del día, cuando comenzaban las sendas con final en fresco almuerzo en patio manchego singular, pero la familia es lo primero.
Premio del día y medalla de oro a Eugenio, el de la cabeza ladeada en eternas subidas donde las canillas redondean un interminable pedaleo, gran ciclista, sufridor sin igual con un par de pelotas, enemigo acérrimo del pié en tierra.