jueves, 28 de marzo de 2019

FILOSOFÍA DE LA BICICLETA ELÉCTRICA. MANERAS DE PEDALEAR, MANERAS DE VIVIR.

A continuación os dejo una serie de reflexiones que me he planteado en relación a la utilización de a bicicleta de montaña y las posibles clasificaciones de ello y que son producto de la imaginación y algo de experiencia. No son verdades absolutas ni pretenden serlo, tan solo son una excusa para poder pasar un rato leyéndolas y comentándolas.



QUIERO MÁS, MUCHO MÁS, MÁSSSSSS. En este caso llegarás más cansado a casa que con tu atmosférica. La bicicleta cortará a 25 y tú seguirás dando pedales moviendo los 25 kilos de bicicleta con sus generosas cubiertas. Si es montaña, subirás por donde no se podía y a pesar de toda la ayuda de su motor, te faltarán piernas, echarás mano de la técnica e irás al límite, tu corazón trabajará mucho más que antes. Apurando batería en rutas largas o exprimiéndola en cortas o intensas seguirás mojando el maillot y el culotte.
Ejemplo: si antes ibas al 100%, ahora irás al 100% más el empuje que te entrega el motor. Total.. que si te pones a pensar, estás mucho más jodido que antes.

AHORA LLEGO MÁS LEJOS QUE ANTES. En estos casos, igual que antes tenías días de todo, ahora combinarás estas jornadas con la ayuda que te presta el motor. De este modo, un día sin muchas ganas, pedalearás poco y le darás un poco más al motor o incluso mucho más. Un día normal, pedalearás lo normal más la ayuda adicional y un día de mucha exigencia será el día en el que tu bicicleta eléctrica te sacará del apuro de cuestarrones o rutas con el aire en contra. En estos casos serás quien marque el ritmo.
Ejemplo:
Día normal. 60% de fuerza más el porcentaje que quieras de motor.
Día perruno. Del 20 al 60% de fuerza más un porcentaje abusivo de motor.
Día especial eléctrica. Del 60% en delante de fuerza más lo que sea preciso de motor.

LA QUIERO PARA ALMORZAR. En solitario o en bandadas, a lomos de sus monturas eléctricas se dirigen raudos camino del merendero en búsqueda de pitanza y bebercio. No bastante con ello, mientras dan cuenta de comida y bebida hasta los límites de la elasticidad del maillot cargan sus bicicletas para luego volver nuevamente como almas que lleva el diablo. Encomiables en su esfuerzo no hacen más que acumular kilos desde que compraron su bicicleta, pero son felices que eso es lo que cuenta.

TENGO POCO TIEMPO Y QUIERO LLEGAR UN POCO MÁS LEJOS. Cansados del trabajo y con poco tiempo libre quieren ir un poco más lejos, hacer un poco más con igualdad de esfuerzo y en su caso los horizontes se amplían y por ende su felicidad.

NO TENGO SUFICIENTE, QUIERO MÁS. Les falta días para salir en bicicleta e incluso alguno de ellos salen el mismo día por la mañana, por la tarde o por la noche. Así que llegan, enchufan la bicicleta para una nueva ruta, todo es poco. Están “enganchados”.

AHÍ LA TENGO, NO TENGO TIEMPO, SALGO CUANDO PUEDO. Hicieron grandes esfuerzos y sacrificios pero siguen liados en su trabajo, en su vida cotidiana, la bicicleta la han conseguido pero no tienen tiempo. Bajo mi punto de vista, su actitud es encomiable pero la vida se les echa encima y no les permite hacer lo que les gustaría. Mis respetos a todos vosotros pues bajo mi punto de vista sois los más grandes.

ESTO ES UNA CASTAÑA, MENUDA CAGADA. Aquí tenemos a los que pensaban que no pedalearían, a los que no cambian más que de asistencia antes que de desarrollo, los que se compran una bicicleta de descenso para ir por un carril bici, los que han vuelto equivocarse por recomendación de su cuñado, de un amigo ilustrado, o porque una revista lo decía.

NO SABE, NO CONTESTA, ES FELIZ Y PUNTO. Aquellos que hacen las cosas porque les apetece y pueden y en ello consiste su pequeño placer, en disfrutar del momento sin razones, sin explicaciones, les da igual donde ir, que hacer y que tomar, el caso es poder salir un ratejo y disfrutar.

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