Soy un soldado criado en el culto a la disciplina y el honor, en el culto a la Patria,a su bandera y en el recuerdo de los que murieron en el cumplimiento de su deber. Ya, cuando en el martiologio de los caídos frente al terrorismo va alcanzando cotas impresionantes, quiero escribir este artículo como glosa a esos muertos y como petición de pronto y radical remedio al Capitán General de los soldados de España.
Porque han sido otra vez cuatro más, cuatro hombres de bien, cuatro soldados de la Ley y el Orden los que han mordido el polvo, segadas sus vidas por balas asesinas, en el cumplimiento de su deber, sólo por el delito de pertenecer a esa raza de hombres rectos y disciplinados que hay hoy y habra siempre para descanso de los ciudadanos de nuestra Patria.
Hay quienes dicen que estos hombres no saben por qué mueren, y si que los saben. Su muerte no es una muerte estúpida ni inútil. Mueren porque en ellos viven unos ideales grabados en sus almas más fuertes que la vida misma. Hay quien dice que son asesinados para impedir la salida de un proyecto constitucional. A las pruebas me remito: se ve claramente que esto es imposible y, si fuera así, sería una ironía. Estos hombres, que tanto parece que estorbaban, sabían que contra sus enemigos no podían contar más que con la Divina Providencia, y a Esta se encomendaron a las salidas de sus casas al empezar el día. Sin embargo, en ese proyecto constitucional no tiene cabida Dios.
Ellos creian, defendían y han muerto por una España unida. han permanecido por ello largos años en regiones españolas donde ruge el separatismo, poniendo en riesgo sus vidas para que España fuese una sola nación llena de regiones: sin embargo, en ese proyecto constitucional se habla de una nación de nacionalidades.¡Qué palabra mas peligrosa!.
Estos hombres, cuando salían de sus cuarteles o de sus comisarías, siempre dirigían una postrera mirada a la bandera que presidía sus vidas, única representante de nuestras glorias y sacrificios y futura mortaja para nuestros mártíres. Sin embargo, en el proyecto de Constitución hay demasiadas banderas haciendo sombra a la Unica, alguna de ellas creada expresamente por y para el separatismo.
No. En ese proyecto de Constitución no van incluidos algunos de los valores por los que creemos vale la pena arriesgar nuestras vidas. En él no estan nuestros muertos. Los asesinos se equivocaron. .
Entonces, ¿por qúe mueren? Nosotros, sus hermanos, sus compañeros, los que hemos pasado lo que ellos, salvo la muerte, sabemos el porqué. Los matan porqué esos hombres, recios, beneméritos, que diariamente pisan, han pisado y pisaránfuerte y digamente nuestra geografía, son España. Porque su paso firme huele a España y sus enemigos, que siempre son los de la Patria, y sus dirigentes, los anti-España, quisieran convertir la soberbia matrona que es nuestra Patria en una meretriz de última fila. Pero no saben que los cuatro huecos que quedaron vacios ayer, hoy ya estan ocupados por hombres iguales a los muertos.
¡Majestad, que no mueran solos, que no se lleven al morir el amargor tremendo del desamparo y del desinterés, que no mueran con la convicción de que sus vidas ofrendadas en honor de unos principios que hoy casi no se usan van a constituir un palote más en la larga lista de los que les precedieron!
¡Señor:: humildes y oscuros eran estos héroes, e igualmente serán los venideros, pero son vuestros soldados y necesitan protección. Necesitan algo que les de razón de este sinrazón. Por ello he dejado mi silencio en esta súplica. pues si no fuera así, quizá nunca llegara a V.M. aunque sé que esta excusa no me valdrá de nada!
Necesitamos, señor, una buena y ágil Ley Antiterrorismo, con facilidades para los actuantes y castigo rapido y ejemplar para los asesinos. Campañas en los medios de difusión condenatorias del terrorismo y sus fines, enalteciendo a nuestras Fuerzas , que buena inyección de moral recibirian con ello. Se necesita acabar con los apologistas de esta farza sangrienta, aunque sean parlamentarios y se sienten entre los padres de la Patria´Quizá, de esta forma habría mujeres enlutadas y menos hijos sollozantes. También se podría ir hacia la democracia con paso más firme y seguro, democracia de todos y para todos, en la que no haya mas desplazados que los separatistas y asesinos; en la que los Derechos Humanos vayan acompañados de sus respectivos Deberes y que los derechos de cien asesinos no puedan poner en peligro los de treinta y cinco millones de españoles. No hay mas que un camino: ¡Acabar con ellos! Con ellos no estamos seguros, hay mucho miedo justificado en nuestro pueblo. Hoy puede ser uno cualquiera a quien asesinen, pero no esté excluido de las listas ni aun Su Majestad. Todo depende de la victimaque se les señale. Hay que acabar con ellos, pero con directrices marcadas por los poderes de la nación de la que somos hijos y queremos ser tratados como tales.
¡Señor: como soldado que soy, a V.M. va dirigida esta súplica, que ya le habran presentado seguramente mis generales; pero no es malo tampoco que se conozca la de un soldado de a pie que vive, ha vivido y vivira siempre en comunión con nuestros muertos y con los ideales por los que fueron inmolados!.
¡Señor: ellos, sé, sabían por qué morían, nosotros quizá también sepamos por qué hemos callado. Pero a mí, mi Dios, mi Patria, mi Bandera y mi honor me han obligado a hablar. No tengo otros compromisos y a ellos me remito!.
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