Hace unos años, los hombres casados cazaban o pescaban y algunos subian en bicicleta de carrera, algún loco le daba por correr... cosas de cobardes decían.
Los hombres casados cazaban o pescaban, algunos hacían las dos cosas, llegaban a casa cargados de victorias en forma de conejos, perdices o truchas, percas y otras viandas por pelar y arreglar.... Al mismo tiempo, la gran mayoría llegaban hartos de buen vino cosechero y manjares de los pueblos de alrededor. Unos abrian la puerta antes de comer, otros en los postres, algunos al atardecer y unos cuantos, al caer el día.
El que no cazaba ni pescaba ni corria ni subía en bicicleta hacía sus cosas; a unos les daba por echar el aperitivo, otros rezaban en familia en la iglesia del barrio y algunos terminaban la noche anterior en su casa, hartos de alcohol y de otras cosas inconfesables, algunos de ellos les daba igual, lo hacían a pecho descubierto.
El tiempo pasa y en el año de gracia de 2013 vuelven los hombres a llenar las carreteras los domingos, esta vez sin escopetas ni cañas de pescar, ahora lo hacen con mallas ajustadas y pantalones cortos, con zapatillas y bicicletas, preparados para llegar a casa cargados de copas... algunos de ellos con el contenido de copas, botellas y similares. Son unos campeones, lo han conseguido, han terminado la carrera y con un fenomenal tiempo, a bien seguro cada día están mejor, son los mejores sin dudarlo...
No le des vueltas, se trata del instinto cazador. Ese ímpetu recolector del hombre que debe llegar a casa con la comida de su prole, con la mujer en su lugar, a la espera de quien la mantiene y cuida.
Por supuesto, corriendo o en bicicleta, pasa como con la caza o pesca, seguimos teniendo grandes exagerados y mentirosos, filibusteros y cansinos dispuestos a contar lo que nunca sucedió o lo que otros hicieron.
Por cierto, olvidaba que tambien existen mujeres que cazan, pescan, corren y montan en bicicleta pues para lo bueno y malo, todos somos iguales... ¿O alguien lo duda?
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