Con diecinueve años había llegado en un día a Cazorla y pasado unos cuantos días más en el camping de Llanos de Arance. Rectifico, había llegado al poblado del embalse pues a las seis de la tarde me pilló una tormenta y con mi saco de dormir, terminé la puerta de una casa abandonada.
A los pocos meses, llegué algo más lejos, hasta Granada y había dormido en la pensión LA REDONDA junto a la Estación de Autobuses. La Alhambra me sorprendió bastante, tanto como una gitana que vendía castañuelas en una placeta en el Sacromonte.
Pues con veinte años y cuatro duros en el bolsillo, le dije a Chemin que podíamos ir juntos hasta Tarifa, que según algunos, era donde terminaba Europa y se veía Africa y luego volver en autobús.
Chemín no tuvo reparos, tomamos nuestras mochilas con hierros de acampada y con el portamantas en la bicicleta las atamos con unos "pulpos" de amarrar carga en vehículos. Con unos mapas del diario LA VERDAD, sin saber arreglar un pinchazo y con zapatillas y gorros de paja, comenzamos a pedalear con ilusión e inconsciencia.
Diez días tardamos en llegar al camping de las Dunas de Tarifa donde entre tanta tabla de "Winsurf" eramos extraños. Pasamos por muchos pueblos, conocimos gente, nos invitaban incluso a comer en los camping familias con sus caravanas, nos robaron la bomba de aire en Jaen, disfrutamos de la calle de la Gamba de Oro, de la Cerveza de Cazorla, subimos el puerto de la Palomera donde a un lado teníamos campos de olivos y al otro, el valle de Cazorla.
Recuerdo la noche que nos comieron los mosquitos en Molinicos, la mañana que recorrimos Granada-Almuñecar y el calor que pasamos en la carretera de la Cabra donde en pleno verano respirábamos "flama", jamás he pasado tanto calor. También recuerdo la bajada en dirección a la playa y la humedad que nos impregnaba el sudor, el baño en pleno mar con los culottes y la cara de los bañistas, el barco de Chanquete en Nerja y el Rincón de la Victoría en Málaga.
Dormimos en pensiones, en hostales, albergues juveniles, en pleno campo y en mitad de una playa, comimos todo tipo de latas de conservas y cualquier cosa que se pudiese meter entre el pan, bebimos mucha cerveza y lo pasamos como nunca.
Impresionante fue ver al fondo de una carretera el peñón de Gibraltar y más aún Africa al fondo, por la noche, las luces de otro continente que teníamos frente a nosotros, pasar los grandes barcos en lenta procesión y un viento de Levante que borraba las nubes mañaneras del camping.
Chemin me preguntó en Algeciras que la gente del Sur, cuanto más bajábamos, peor nos trataba. Lo que yo le respondí, es que según avanzábamos, menos dinero nos quedaba y peores pintas llevábamos y claro, de esa guisa quien quiere turistas.
Lo que no he dicho todavía es que Chemin nunca había hecho más de diez kilómetros en bicicleta, que todo lo hicimos con nuestras bicicletas y nuestra ilusión, que de vez en cuando le empujaba y que no tuvimos ninguna avería.
Hace tiempo pude ver a Chemin después de muchos años y le dije que siempre recordaré aquellos días de bicicleta como unos de los mejores de nuestras vidas.
3 comentarios:
Yo tambien vi a nuestro amigo Chemin hace poko y empece a rekordar todas las andanzas ke nos hemos y digo "hemos" porke te inkluyo a ti tambien Alex, rekorde las akampadas en Chinchilla, los rapeles kolgaos de kualkier arbol, la eskala ke tiramos desde un puente en Alcala Del Jucar y ke se kedaba a 10 metros del suelo pero aun asi bajamos y subimos por ella y komo olvidar de todas las subidas al Padrastro ke hicimos la trupe entera, subiendo kampo a traves y eskondiendonos de los jabalis, rekorde....
Bueno Alex, yo tambien vi a Chemin hace muy poko y kon esto dicho sobran las palabras.
Me despido de ti konsiderandome un buen amigo tuyo komo hace poke me demostraste. Un abrazo de Ramonchu
es increíble el ruton que os marcasteis, digno de admirar. Un Saludo!
Publicar un comentario