Luego, después de quitarnos las ganas de nieve, nos vamos fuera del barrio, a la explanada y comenzamos a hacer nuestro muñeco mientras lo pasamos como los niños.
Al terminar, todos mojados y calados hasta los huesos, subimos a las casas para darnos una reconfortante ducha caliente.
En mi barrio no tenemos estatuas ni lugares emblemáticos que poder retratar como puede ocurrir con el centro de Albacete, pero tenemos a grandes personas y amigos que poder retratar para guardar nuestras fotos y recordar OTRO GRAN DÍA DE NIEVE.
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