Ni corto ni perezoso tomé el primer tramo de sendas del Escorial a Valmayor y tras finalizar este gran inicio, tomé el trazado y la verdad es que es realmente alucinante, no encuentro palabras puesto que lo primero que hace es buscar el tramo de la senda de las Merinas que ya conocía de otras rutas, lo bueno es que se hace cuesta abajo y eso se agradece pues en sentido contrario tiene una subida de 240 metros de desnivel que en esta ocasión nos la llevamos a casa.
Llegados a lo más bajo nos encontramos con el Guadarrama que nos ofrece una colección de senderos verdaderamente alucinante y se nos irán pasando los kilómetros sin enterarnos, aunque en esta ocasión las lluvias habían dejado charcos respetables y algo de barro que en el tramo arenoso amenazaba ruina.. no fue el caso.
Luego subiremos algo más de 100 metros de desnivel, al principio en senda y luego en camino para afrontar la parte final camino de Madrid.
Vías verdes, carriles bicis y un complejo entramado de tramos que nos irán sumergiendo en la gran urbe de una manera que en ocasiones ratonea de modo impresionante. Para guinda, la subida tras el Manzanares y el Templo de Debod que no se porqué razón, pero ganas tenía tiempo atrás de visitarlo.
Después, a pedalear y pasar por lugares emblemáticos de Madrid pero con alegría puesto que el Cercanías al Escorial salía a las 18:30 y no apetecía circular con luz artificial por las calles y avenidas de Madrid.
Todo según el horario previsto por la organización y ruta que a bien seguro volveré a repetir con algo más de tranquilidad pues bien merece disfrutarla en todos sus aspectos; bicicleta, naturaleza, monumentos y vistas.
Una ruta sin lugar a dudas espectacular y si no, tan sólo cinco fotografías pues enlazando, enlazando tramos nada apetecía bajarse de la bicicleta para seguir el ritmo.
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