La alimentación de un ciclista es algo importante, gran parte del éxito de una ruta se debe a ello y más aún cuando se trata de hacer muchos kilómetros sin bajar de nuestra montura, donde incluso necesitamos que nuestro cuerpo asimile lo que ingerimos mientras pedaleamos.
A medida que se avanza y nuestra preparación es mayor, en rutas de bastante kilometraje retrasamos la parada, incluso vamos eliminando comidas frugales donde la ingesta y el tiempo de descanso resulta en ocasiones contraproducente a la ruta total. Claro está que existen días en los que la bicicleta sin almuerzo a mitad de ruta es inconcebible, resultando la bicicleta una excusa para un buen rato a la mesa.
En la parte levantina donde suelo hacer recorridos en la localidad de Ibi y el Campello, acostumbran a realizar una parada a mitad de ruta para la barrita o fruta y luego seguir hasta el final. Cuando terminan, colocan sus bicicletas en bares con solera donde corre la cerveza con el aperitivo hasta la hora de la comida. En Ibi, tienen un bar donde las cervezas se sirven por litros y el camarero "canda" las bicicletas mientras los ciclistas nos ponemos como "el kilo" a base de aperitivos como los que servían en nuestro Albacete hace años en el bar Segundo o el bar Tocino. En el Campello, tienen un bar que se llama "El Polvorilla" donde sirven un morro frito que te quita el hipo y las cervezas a modo de tercios o jarras (con limón granizado), corren como el agua.
De todos modos, recomiendo llevar en los bolsillos traseros de nuestros maillot o en la mochila las siguientes cosas:
EL PLÁTANO. Imprescindible en cualquier ruta que se haga, bien sea antes de almorzar si la ruta va a ser larga o como parte del almuerzo si la ruta es corta. Tener cuidado con llevar en la mochila o bolsa del maillot un plátano demasiado maduro pues incluso los que parecen algo maduros suelen dar sorpresas cuando vamos a comérnoslos.
A medida que se avanza y nuestra preparación es mayor, en rutas de bastante kilometraje retrasamos la parada, incluso vamos eliminando comidas frugales donde la ingesta y el tiempo de descanso resulta en ocasiones contraproducente a la ruta total. Claro está que existen días en los que la bicicleta sin almuerzo a mitad de ruta es inconcebible, resultando la bicicleta una excusa para un buen rato a la mesa.
En la parte levantina donde suelo hacer recorridos en la localidad de Ibi y el Campello, acostumbran a realizar una parada a mitad de ruta para la barrita o fruta y luego seguir hasta el final. Cuando terminan, colocan sus bicicletas en bares con solera donde corre la cerveza con el aperitivo hasta la hora de la comida. En Ibi, tienen un bar donde las cervezas se sirven por litros y el camarero "canda" las bicicletas mientras los ciclistas nos ponemos como "el kilo" a base de aperitivos como los que servían en nuestro Albacete hace años en el bar Segundo o el bar Tocino. En el Campello, tienen un bar que se llama "El Polvorilla" donde sirven un morro frito que te quita el hipo y las cervezas a modo de tercios o jarras (con limón granizado), corren como el agua.
De todos modos, recomiendo llevar en los bolsillos traseros de nuestros maillot o en la mochila las siguientes cosas:
EL PLÁTANO. Imprescindible en cualquier ruta que se haga, bien sea antes de almorzar si la ruta va a ser larga o como parte del almuerzo si la ruta es corta. Tener cuidado con llevar en la mochila o bolsa del maillot un plátano demasiado maduro pues incluso los que parecen algo maduros suelen dar sorpresas cuando vamos a comérnoslos.
LA BARRITA. Del mismo modo que el plátano, la podemos comer en dos momentos según sea la ruta. Las tenemos de muchas marcas vendedores por lo que va a gusto del ciclista. Lo suyo es comerlas antes de hacer el gran esfuerzo y en caso de despiste, cuando nos vamos viendo algo mal.
LA AMPOLLA DE GLUCOSA. En caso de emergencia, cuando por efecto del cansancio o del calor notemos los primeros pinchazos o pitidos en los oídos. De todos modos no es milagrosa y conviene tomar una ampolla cuando llevamos un desgaste severo y antes de los primeros síntomas de desastre. De todos modos, la recuperación no es milagrosamente permanente. Entre la ampolla y la barrita, podemos situar el "gel".
LAS GALLETAS. Con chocolate o sin él, entretienen a nuestro estómago y le hacen trabajar para que la llegada del hambre no sea tan brutal. Cuando hago rutas de un par de decenas de kilómetros suelo llevarlas y de "doble chocolate". Eso sí, no dejes de llevar agua pues con la boca seca es casi un suicídio.
3 comentarios:
Muy buena entrada Alex, de las mejorcitas,como bien dices hay que alimentarse para que el cuerpo no se quede vacio,con estos productos que mencionas seguro que nos saldran unas rutas de escandalo.
Muchas gracias caballero, y más viniendo de un experto como tú. Un saludo.
los frutos secos son buenos para comer en rutas? es que no estoy seguro, un saludo!
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