Pero eso es posible, pero no es imposible y hace una semana pude ver que el aire daba a favor sin lluvia y me puse a pensar... ¿como vuelvo?
En tren imposible pues larga distancia tienes que desmontar la bicicleta y llevar bolsa. Ir de Toledo a Madrid en tren y luego de Madrid a Albacete, pues las mismas circunstancias en el trayecto a Madrid. El autobús cuatro horas y media, algo terrible y claro, a ver como volvía. Pues me acosté pensando que al día siguiente sería posible. Y fue posible, encontré En Blablacar a Johan que volvía a Albacete en su coche a las 18.00. Pues dicho y hecho, me puse en contacto y sin problema, volvía con Johan.
Luego el tema de mi fiel escudero, Fran, ese compañero de fatigas que por motivos de salud de la señora le resultaba imposible. Solo me quedaba pues y eso puede resultar una losa. Arreglo??? pues la mitad de la ruta con Onda 0 y radio Castilla la Mancha que me harían compañía con noticias, debates y cosas curiosas y algo de música.
El tema del GPS con la powerbank pequeña que tengo que con un poco de celo lo cargaría cuando en números rojos se pusiese puesto que ni de coña llega el Garmin 1000 a las diez horas.
Y mi Turbo Levo, llegaría con batería?, pues te contaré que llego a Toledo una vez finalizada la ruta y el paseo por el casco histórico con el 49 % de manera que cuando llevaba hechos 170 kilómetros, todavía no había puesto el motor en marcha y mira que la media de pedalear en vacío con los 24 kilos era de 24,5 km/h. En el final, como quiera que los desniveles eran mayores y tenía cansancio acumulado, pues a tirar de batería que me la había ganado.
El tema del agua resuelto pues con tanto pueblo la ruta es animadísima y se puede rellenar el bidón en las fuentes de todos los pueblos salvo en los últimos del final donde se tendrá que comprar agua. Con máxima de 30 grados caerían un total aproximado de 8 bidones de agua.
La comida para la ruta sería un café con leche y un Donut a las 05,30 en los Corzos nada más salir, tres briks pequeños de fruta y fruta con galleta para niños que para esto de la bicicleta van fenomenales, una empanadilla de pisto, un bocadillo de jamón con queso y tomate, un zumo de piña, dos coca colas, un café solo y otro Donut que en Toledo me regalaría el camarero de la Taberna del Aire, buenisimo lugar donde volveré con la familia.
Como quiera que volvía en coche y once horas de sudor dejarían su huella tuve que buscar a través del inigualable tío Pablo un lugar en Toledo donde poder ducharme que sería el impresionante hotel Beatriz que al otro lado de la ciudad se encuentra. Trato amable y exquisito de sus gentes .
Y lo bueno es que después de llanear durante más de 250km llegas a Toledo para recorrer el río Tajo por la pasarela y luego el Alcazar, la Catedral y Zocodover entre otros lugares emblemáticos.
Por el camino buena charla en el almuerzo en Villacañas con el compañero de Policía Local y un amigo suyo de la bicicleta, el trabajo y la vida, parece mentira.
Y en Mora, el gran trato de un supermercado de su regenta y amiga que me han vendido una botella de agua que he ido liquidando mientras hablábamos de los niños, las parejas y la vida.
Y para terminar el viaje de vuelta con el amigo Johan con el que hemos repasado temas de actualidad y otros eternos más curiosidades de nuestras vidas que nos han hecho llegar a Albacete en menos tiempo del que parecía. Grande Johan.
Así es que, Toledo ha sido reconquistado por 50km en otra GRAN JORNADA DE BICICLETA.
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