Eso sí, la primera subida hasta el pié de la silla del Rey, tremendo el comenzar primero poco a poco por sendas y luego por rampas casi imposibles donde en esta ocasión tan solo puntualmente he tenido que poner el pié en la zona de los surcos. Una vez arriba, el desnivel es cada vez menor y nos preparamos para afrontar el pedazo de senda más otras tantas hasta terminar el bucle.
Ya con más de seiscientos metros de desnivel en algo más de dieciseis kilómetros, comenzamos a subir nuevamente y esta vez será más larga y con menos pendiente, además asfaltada en su mayor parte y terminaremos en lo alto preparados para afrontar la segunda bajada que al inicio es alucinante y luego, tras rellenar agua en la fuente, bajamos la bicicleta hasta la senda y junto al Eresma iremos a nuestro final junto a las aguas del río.
Eso sí, como quiera que la temperatura era de más de treinta grados, en las Pesquerías Reales me he dado un pedazo de baño para refrescarme y poder terminar la ruta con bastante fresco y en condiciones.
Fuentes, además de las señaladas, tenemos otras tantas con las que poder rellenar y de paisajes y sendas estamos servidos.
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