Dejamos el coche en la gasolinera de Xirau, sabiendo que la vuelta será cuesta arriba y… por senda… Con todo y con eso comenzamos a pedalear, inconscientes de nuestro final y disfrutando desde el primer momento que encontramos algo parecido a una senda que atraviesa un par de bancales, sin problema, todo montado.
Luego , un poco de camino para ir buscando camino del pantano un pedazo de trialera que en algún momento me hacía pensar en el sentido de la vida. A pesar de ello, montado a lomos de mi buena doble, la única pega que tenía era mi miedo del cual creo que en ocasiones justificado, totalmente ciclable para técnicas medias altas y con buena montura.
Luego, un poco de camino, asfalto y a disfrutar de las vistas de la cabecera de un pantano con historia. Subida empedrada y bajada a lo que se llama Monnegre cuyo río a bien seguro terminará en el Mediterráneo denominándose río Seco. En esta ocasión bajaba por la montaña bravo, con agua de las lluvias de estos días.
Ahora nos espera una gran senda pero cuesta arriba, preparados, listos, ya. Salvo tramos puntuales insalvables, toda será ciclable con fuerza y técnica. En lo más alto terminaremos cansados pero sabedores de lo que nos espera.
La senda o trialera más larga del día que nos llevará a perder desnivel con soltura y disfrute camino del Sabinar, otra más que nos hará disfrutar lo que no está escrito.
Llegados a su final, remontamos y nos encontramos con otros ciclistas que en domingo pueblan la zona y nos aceptan en su compañía. Son auténticos osados que buscan saltos y sensaciones con máquinas al efecto y eso me supera, que la ruta es larga y me despido camino de la carretera para subir y bajar un par de sendas de las buenas más otro par en la zona del del Sabinar que luego bajaré.
Ahora un poco de camino y otra senda más junto a una acequia con la que iré remontando para subir a la zona de un torrente que será la finalización de la senda de los Cazadores que a tramos iré subiendo con mucho esfuerzo pero es posible. Luego, en el tramo intermedio toca un poco de pateo y en su parte final, se pedalea, incluso se baja para terminar en un vallado que nos indica que la zona es coto intensivo y deberemos saltarlo pues sin quererlo estábamos dentro sin darnos cuenta.
Terminamos cansados, pero con una sonrisa que poco a poco será más grande, que a pesar de ser cuatro horas en bicicleta y tan solo treinta y pocos kilómetros ha sido un concentrado de bicicleta de montaña de los que no te dejan indiferente.
Ahora a trazar la siguiente con la experiencia de lo vivido.
Recomendable a los que tengan fuerza, técnica y patear de vez en cuando no les suponga problema alguno.
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