A la vieja usanza que es lo que no se lleva, trazando rutas a mano con mapas y satélites, que los caminos de los mapas ya no existen y los satélites no son muy de fiar pues la aplicación es gratuita.
Comiendo y bebiendo donde se nos antoja pues no tenemos más límite que nuestras ganas e ilusión que es mucha pues por mucho que haya pasado la vida, los que salimos en bicicleta somos esos niños con ganas de hacer y de contar.
No somos docenas ni tampoco somos muchos, somos los que somos por el momento...
Llegaremos a casa donde no tenemos copas en la vitrina más que los de la vajilla, y los brazos no nos duelen de levantarlos a la meta, nos duelen de llevar las cargadas bolsas del Carrefour.
Vamos donde queremos y hacemos lo que queremos, somos ciclistas anarquistas.
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