Pero Riopar es un auténtico "tratado" de bicicleta de montaña con sendas cuesta arriba y cuesta abajo, de transición y subidas interminables al Calar del Mundo, al Pino Toril y las bajadas del Manojal o las Juntas.
En este caso hacemos tan solo cuarenta kilómetros con la ilusión de acudir a lo más alto del Calar sobre la cueva de los Chorros y por ello recorremos parte de este increible lugar donde la reina es la piedra entre simas y pinos solitarios marcados por el viento.
Las sendas son asequibles y las subidas duras pero el final lo haremos por el asfalto, por aquello de soltar las piernas y llegar a tiempo a los Bronces para poder degustar uno de sus menús caseros a buen precio y terminar una magnífica mañana de bicicleta.
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