En el día de ayer, el amigo Ronal y el que suscribe marcharon hasta los dominios del marqués de Villena y exploraron lugares desconocidos que junto a los ya conocidos nos dejaron una ruta para el recuerdo. Nada más comenzar a pedalear un pedazo de cabra montesa nos miraba sin inmutarse, tanto que parecía una estatua. De dos saltos desaparecería dejándonos una bella fotografía.
Luego subiriamos y bajariamos sendas, riberas y disfrutariamos de los paisajes que el pueblo ofrece en todos los ángulos.
Terminaríamos en la fuente de la parte baja hablando con una familia residente en Patraix a la que saludamos afectuosamente.
1 comentario:
Que envidiaca... pero bueno, así es la vida.
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